Libro

Recuerdas la sensación de que cuando tienes una herida todos los golpes van ahí?
Pues con el acogimiento pasa algo parecido; no porque duela, sino porque percibes cosas que en otro momento te hubieran dejado indiferente; parece que el acogimiento esté por todas partes; conoces gente y empiezas a ver crecer un círculo en el que hay muchos acogedores en activo, otros en espera, otros potenciales...


Todo esto lo vengo a contar porque en uno de esos círculos a los que ahora pertenezco, surge la idea de que entre todos, cada unos con su historia, con su vivencia y con su punto de vista, con su buena o mala experiencia, unamos nuestras palabras para darle forma a un libro. Un libro que servirá para que otros en el futuro conozcan más sobre el acogimiento, para que puedan hacerse una idea más realista, para alejar la fantasía de posesión con los que algunos se acercan al acogimiento; en definitiva, para difundir y dar a conocer este recurso de protección de menores con el que a la gente todavía se le queda cara de poker.

Guardando

A nuestro alrededor poco a poco se ha extendido cierta sensibilidad con el acogimiento y sus protagonistas. Y la gente pregunta y ofrece su ayuda y las cosas que ya no utiliza.
Y te encuentras con cajas de ropa de niña y de niño de varias edades; y con juguetes, peluches, mordedores, biberones, zapatillas y zapatos. Con un carro, una bañerita, un asiento para la ducha, una trona... y un trastero en el que hay que entrar de medio lado!

Aprendiendo

Este tiempo de espera lo estamos aprovechando para aprender de otras familias, de su cómo y cuándo en esto del acogimiento.
Y es que hay muchas cosas que sólo se pueden saber si las has vivido: como el antes y el después de las visitas con la familia biológica; cómo saber cuándo decirle a un técnico que ha llegado el momento de cortarlas o aumentarlas; cómo saber que tienes derecho a un tipo de apoyo que las entidades no te ofrecen...
Cómo explicarles que papá y mamá no saben cuidarle... cuando ven que detrás ha venido otro bebé; cómo decirles que les siguen queriendo... cuando no aparecen en las visitas; cómo hablarles de su realidad con serenidad, sin que se note demasiado que el corazón se te parte en dos.

Y Thai conoce a otr@s niñ@s y juega y aprende que tod@s merecen una oportunidad.

Los Reyes

Esta noche vienen los Reyes.
Me imagino cuántas caritas de niñ@s se iluminarán cuando vean bajo el árbol los envoltorios de colores.
No quiero pensar en cuántas de estas caritas están privadas de un hogar familiar....
En mi carta de este año no he pedido a los Reyes cosas para mí:

• pido coherencia para aquellos que toman decisiones sobre los menores en desamparo; 
• pido claridad de mente para aquellos que deben hacer más corto su sufrimiento; 
• pido agilidad en los trámites; 
• pido que reconozcan la importancia que tiene para ell@s criarse y crecer en el seno de una familia.

Pueden parecer muchas cosas, pero son para repartir entre tant@s niñ@s...