La diferencia

Creo que puedo decir que conozco muchas niñas y muchos niños.
Todos esos niños corren tras de una pelota, sonríen ante un helado, bailan, ríen, lloran, se caen del columpio, empujan a otro...
La mayoría de ellos adora los macarrones, las chuches, la sopa, el parque, la playa y el chocolate...
Muchos de ellos quieren que les acompañes a la cama, que les cuentes un cuento y que les des la mano hasta que se hayan quedado dormidos...
Unos cuantos de ellos van más despacito en el colegio y tienen pocos amigos...
Algunos de ellos sueñan con ir a la luna.
Unos pocos de ellos no viven con su familia biológica.
Si esta es la diferencia, que no se nos olvide que son niños.

Distintas culturas

Una de las cosas buenas que tiene internet es que hace posible que nos acerquemos a los que más lejos están; a otros países, otras vivencias, otras culturas. Te permite ver de qué otros modos se pueden hacer las cosas que hacemos aquí; te permite reconocer que en este primer mundo quizá no seamos tan "sabios" como podemos pensar a veces.

En cualquier caso he visto que en muchos y muy distintos rincones del mundo existe un niño o niña que ha perdido, temporal o definitivamente, la posibilidad de vivir con su familia biológica. He visto que nos diferencian las causas, los contextos, las opciones y las amenazas. Pero al mismo tiempo he visto que generalmente, aquí y allá, aparece una persona o familia que ofrece una oportunidad a ese menor, de crecer a su lado, de seguir adelante, de luchar por una vida mejor.
Y, como aquí, no siempre sale bien.
Será redondo el planeta para que un lado pueda verse reflejado en el otro?

Resiliencia

Hay libros de los que oyes hablar por aquí y por allá, a gente tan diferente que no podrías pensar que les inquietan las mismas cosas.
Uno de esos libros es "Los patitos feos", de Boris Cyrulnik. En él, a la vez que entiendes por qué es tan importante un abrazo, una mirada, un hacerte sentir que te quiero por ser tú... en los primeros años de vida; te hace saber que no por no haberlo tenido estás condenado a no saber qué hacer con lo que sientes y a no creer en lo que sienten los demás.

Leyendo te das cuenta de que no todos somos tan conscientes de lo que hacemos con nuestros niños... de las carencias a las que los sometemos...

Leer y aprender.

Calma

Esta semana descubro en la red varias campañas de captación de familias acogedoras, exposiciones de fotos de la temática, vídeos, estadísticas y noticias varias.
Esta semana me he llegado a preguntar si esas campañas, impulsadas, apoyadas, gestionadas de uno u otro modo por la administración pública, tendrán continuidad; si vendrán acompañadas posteriormente de una formación a las familias que respondan con interés a esta llamada de atención; si tendrán como consecuencia la asignación de menores a las familias formadas e idóneas; si a esta asignación se le sumará la ayuda mínima a percibir por las familias para evitar mermar la economía familiar.... o simplemente servirán para llenar titulares de prensa para hacernos pensar que se toman esto en serio... hasta que en unas semanas el titular lo cambien por uno que diga cuántos menores en desamparo continúan en centros porque no hay familias acogedoras suficientes.

Calma...