Me llamo Elliot, tengo dos años y vivo en una familia de acogida.
Sé que en estos momentos no tengo ningún poder de decisión respecto a mi futuro y sé que no es fácil buscar una solución a las situaciones que nos acompañan a los menores tutelados. Pero aún así quería compartir con ustedes la idea que yo tengo de lo que es bueno para mí.
Desde que salí del centro he tenido muchas experiencias y he descubierto que me gusta mucho correr, salir al campo y a la playa y jugar con niños de todas las edades. Me he dado cuenta de que me cuesta menos fijarme en las cosas para aprender y hasta ya me sé los nombres de algunos colores, de las frutas y de los dibujos del cuento de dormir.
He conocido a mucha gente: amigos de mis padres de ahora, amigos de mi hermano e incluso empiezo a tener mis propios amigos. Entre todos me han enseñado que soy una buena persona y que merezco que me quieran por lo que soy, tal y como soy; aunque llore; aunque me enfade; aunque a veces no quiera comérmelo todo; aunque me despierte por las noches y no me acuerde dónde estoy...
Por todo esto creo que lo mejor a partir de este momento es buscar para mí un hueco en una familia que también piense que me lo merezco. Que me quiera, aunque ya he dejado de ser un bebé; que tenga ganas de enseñarme a montar en bicicleta y a nadar; que quiera llevarme al cole de la mano y taparme por las noches; que me corte la carne porque yo no sé; que me dé besos en la pupa que duele y que me diga lo guapo que soy.
Ah, y si tuvieran un perrito...
Gracias.
Sé que en estos momentos no tengo ningún poder de decisión respecto a mi futuro y sé que no es fácil buscar una solución a las situaciones que nos acompañan a los menores tutelados. Pero aún así quería compartir con ustedes la idea que yo tengo de lo que es bueno para mí.
Desde que salí del centro he tenido muchas experiencias y he descubierto que me gusta mucho correr, salir al campo y a la playa y jugar con niños de todas las edades. Me he dado cuenta de que me cuesta menos fijarme en las cosas para aprender y hasta ya me sé los nombres de algunos colores, de las frutas y de los dibujos del cuento de dormir.
He conocido a mucha gente: amigos de mis padres de ahora, amigos de mi hermano e incluso empiezo a tener mis propios amigos. Entre todos me han enseñado que soy una buena persona y que merezco que me quieran por lo que soy, tal y como soy; aunque llore; aunque me enfade; aunque a veces no quiera comérmelo todo; aunque me despierte por las noches y no me acuerde dónde estoy...
Por todo esto creo que lo mejor a partir de este momento es buscar para mí un hueco en una familia que también piense que me lo merezco. Que me quiera, aunque ya he dejado de ser un bebé; que tenga ganas de enseñarme a montar en bicicleta y a nadar; que quiera llevarme al cole de la mano y taparme por las noches; que me corte la carne porque yo no sé; que me dé besos en la pupa que duele y que me diga lo guapo que soy.
Ah, y si tuvieran un perrito...
Gracias.
