Empiezan las vacaciones

y con ellas todo cambia de ritmo, las comidas, los dormires y los despertares, los paseos, la piscina...

Y empezamos relajados, viendo una y otra vez el vídeo del festival de fin de curso de Thai, en el que baila con ganas y se divierte más que nunca.
Cómo ha cambiado Thai: en unos minutos pasa de ser el niño dulce que siempre ha sido, a ser el rebelde adolescente que lucha por salir. Y en ese trasiego se encuentra contigo y se le dulcifica la mirada; y cambia la voz para explicarte las cosas; y te coge en brazos para bailar contigo; y te riñe muy bajito para que no pienses que está enfadado.

Las prisas

Hemos quedado para comer en casa de los abuelos. Les gusta, más que eso, les encanta, la puntualidad. Y nosotros...pues lo intentamos de veras, pero no siempre nos sale bien.

Y hoy sí que estaba todo más que organizado: la ropa, los turnos del baño-ducha, el coche en la puerta y tiempo de sobra para llegar con una sonrisa diez minutos antes y sorprender a la familia. Y entonces... mientras Thai se ducha, yo te baño; mientras yo me ducho, Tommi te viste; y en ese intercambio en el que yo salgo de la ducha y él va a entrar, en el que sólo falta ponerse en fila delante del ascensor...te vuelves a meter en la bañera, vestido "de domingo", peinado y con los zapatos bonitos...

Hemos llegado tarde.

Piscina

Ha empezado en la urbanización la temporada de la piscina y, aunque el agua está un poco fría, bajamos un ratito para "mojarnos los pies".
Me encanta cómo te sientas en el bordillo a tocar el agua y cómo te dejas caer poco a poco, como sin querer. Cómo empujas la pelota hacia el centro para tener que ir a cogerla y cómo me miras para saber si te puedes terminar de mojar del todo.

Me encanta cómo salpicas y cierras los ojos como si eso te evitara mojarte; y cómo disfrutas...

Crecemos a la vez

Cada una de las personas que de un modo u otro "trabajamos" contigo, unos profesionalmente y nosotros familiarmente, estamos de acuerdo en todo lo que has avanzado y cambiado durante el tiempo que vives aquí.

Tus maestras, tu técnico de estimulación, tu logopeda, tus especialistas médicos, tu pediatra, las enfermeras, tu monitora de ludoteca ... todos te ven crecido, conectado con el mundo, con ganas de vivir y de aprender, con ilusión, con tu sonrisa, con tus intentos y tus logros...Preparado para tu nueva vida.
Y es que han sido muchos cambios: el andar, el comer solo, el besar, el subir y bajar escaleras, pintar ( a veces en las paredes), cantar, bailar, hablar, abrazar...

Entre tecnicismos nos confirman lo que día a día vivimos, has recuperado el desarrollo que te corresponde por edad; de aquí en adelante estás madurativamente en igualdad de condiciones con respecto a tus coetáneos.