Hemos quedado para comer en casa de los abuelos. Les gusta, más que eso, les encanta, la puntualidad. Y nosotros...pues lo intentamos de veras, pero no siempre nos sale bien.
Y hoy sí que estaba todo más que organizado: la ropa, los turnos del baño-ducha, el coche en la puerta y tiempo de sobra para llegar con una sonrisa diez minutos antes y sorprender a la familia. Y entonces... mientras Thai se ducha, yo te baño; mientras yo me ducho, Tommi te viste; y en ese intercambio en el que yo salgo de la ducha y él va a entrar, en el que sólo falta ponerse en fila delante del ascensor...te vuelves a meter en la bañera, vestido "de domingo", peinado y con los zapatos bonitos...
Hemos llegado tarde.
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