Nuestr@s niñ@s

jueves, 12 de julio de 2012

Revisiones

Como está sobradamente comprobado, un menor que pasa de un centro a una familia de acogida experimenta una serie de mejoras a una velocidad tal que los profesionales que los conocen y los valoran después en seguimiento, tienen que modificar sus pronósticos y darles un margen mayor de posibilidades de desarrollo.
Y cuanto más pequeños, más margen hay que dar.
Y no hablo de lo estrictamente intelectual y racional; hablo también del modo en que se relacionan, de las miradas, las sonrisas y las ganas de aprender. Hablo de que comen con más ganas, con más serenidad. Fijan la atención, te miran, te exploran, te descubren y se conectan con el mundo.

Así que cuando hemos salido de la revisión y nos han dicho lo que has crecido, lo bien que trabajas ahora tus pruebas, cómo te vinculas, la complicidad que tienes con tu hermano, la relajación de tu musculatura, la corrección postural, la destreza manipulativa adquirida y cosas por el estilo, nos hemos mirado y hemos pensado:
Está sobradamente comprobado que el entorno adecuado de un menor, es una familia.

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