Sigues sorprendiendo a los médicos que te tratan. En cada revisión les rompes las previsiones. Avanzas a buen ritmo. Mejoras.
Cada vez te espacian más las visitas.
Cada vez te acercas más a la normalidad.
Y en las revisiones que te hacemos nosotros, cada día nos enseñas algo nuevo: una nueva forma de mirar; una sonrisa, un juego...
Muestras más complicidad y más ganas de aprender.
Y creces, y dejas la ropa pequeña, y eliges los zapatos que te quieres poner. Y tocas al timbre, y al botón del ascensor. Y paras antes de cruzar y nos pides la mano. Y entras a la panadería y "pides" el pan.
Y a todos nos brillan los ojos de alegría.
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