Nuestr@s niñ@s

jueves, 8 de agosto de 2013

De madre a madre

El verano es un momento en el que puedo sentarme con un boli y un papel y escribir a los de lejos. Sin prisas, sin internet, con lo que supone la espera de la respuesta, ordenando las ideas, como antes... A lo mejor por eso tengo en la mente algunas cartas que nunca enviaré.

Escribiría a la mamá de Moon, para decirle que fue muy valiente al ofrecer a su hija una oportunidad de llevar una vida feliz. Que no puedo ni imaginar lo duro que tuvo que ser dejarla y marcharse sabiendo que no podría volver a verla. Le hablaría de sus ganas de aprender, de su sonrisa y de que ya sabe escribir cosas preciosas, como su nombre.

Escribiría a la mamá de Elliot y le diría que busque la forma de hacer un gran cambio en su vida, un cambio que permita que Elliot pueda volver a su lado; y que lo haga rápido, porque los de la oficina empiezan a pensar en otras opciones en las que ella no tiene cabida. Le hablaría de sus ojos brillantes por la mañana al despertar; y de los besos sonoros que reparte por cualquier motivo.

Escribiría a mis padres para preguntarles lo que pasó y en qué momento empecé a creer que valía la pena lo que hacía, porque hace muy poco que me lo creo de verdad.

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