Esta semana te han invitado a un cumpleaños.
Daniel ha cumplido 2 años, como los que tú estás a punto de cumplir. Lo ha celebrado en un parque de bolas que te ha fascinado. Los colores, los toboganes, la música, la cama elástica, niños y niñas correteando,los acolchados, juegos por todas partes y... la merienda.
Todos sentaditos a la mesa mientras repartían los bocadillos. Al principio no tenías muy claro que cada bandeja era para uno de vosotros, querías patatas estuvieran donde estuvieran.
Te has dejado maquillar y te han hecho una cara de conejito muy graciosa.
Poco a poco ya tienes en nuestro entorno un círculo de gente que sientes como cercana aunque no la veas a diario.
De la familia hay una persona,que ahora ejerce de yaya tuya, con la que has creado un vínculo muy fuerte. Se nota en la forma en la que os miráis, en cómo jugáis, en la tranquilidad con que sales con ella a pasear; en la risa que te da cuando hablas con ella por teléfono.
Esta persona no se atreve a pensar en el día en que te marches. Te quiere, como nosotros. Te siente parte suya. Te mece en sus brazos, te canta y te regaña, como nosotros.
Has aprendido a subir y bajar las escaleras sin más ayuda que tu mano cogida a la barandilla. Se te ilumina la cara cada vez que lo haces. Otro granito más de autonomía.
